Cómo moverse en transporte público por Manhattan – Nueva York

En esta agitada ciudad es imprescindible un transporte público eficaz que pueda llevar a todas las personas a su destino en el menor tiempo posible. La isla de Manhattan está conectada con los barrios del New Jersey, Queens y Brooklyn por una serie de túneles subterráneos como el de Lincoln, y por varios puentes colgantes como el de Brooklyn y el de Manhattan. La mayoría de trenes que cruzan estos puentes se meten después en la intricada red de metro de la isla de Manhattan. El Metro de Nueva York o Subway como se le conoce en Nueva York, es el sistema de transporte público urbano más grande en los Estados Unidos y uno de los más grandes y populares del mundo.

El metro funciona las 24 horas, todos los días del año y es la forma más económica y rápida de moverse por Manhattan. En la propia isla de Manhattan, las bocas de metro están por todas partes y te pueden llevar a casi cualquier lugar. Para poder viajar en metro es necesario comprar una tarjeta magnética llamada MetroCard, que puede adquirirse en las propias estaciones o en quioscos y que también es válida para los autobuses locales. Existen bonos de 1, 7 y 30 días que permiten el uso ilimitado durante el plazo de validez.

La tarjeta se activa la primera vez que se utiliza al pasar por alguno de los tornos de acceso al anden. En ocasiones los lectores de los tornos no pueden leer las tarjetas. En este caso, es importante seguir las instrucciones que aparecen en la pequeña pantalla, volver a intentarlo y no cambiar de torno si aparece el mensaje “please, swipe again”. En este último caso, la tarjeta ha sido leída parcialmente y si cambiamos de torno no será válida.

La red de metro nos lleva desde el norte de Manhattan hasta Battery Park en el sur de la misma o viceversa, con estaciones en los lugares más famosos como en Times Square, World Trade Center y el Midtown.

Por otra parte, la enorme cantidad de taxis que circulan por la ciudad son otra opción para moverse por la gran Manzana, eso sí, fuera de las horas punta. Son fácilmente identificables por su inconfundible color amarillo. Los que están libres llevan iluminado el número de licencia en el techo del taxi.

El servico de taxi es también bastante popular en Manhattan y puede considerarse económico comparado con otras grandes ciudades. La propina habitual es entre un 10% y un 15%. Los días que hay atascos en las calles pueden ser bastante lentos, aunque si el tráfico es fluido llegarás a tu destino en pocos minutos. Los taxis están equipados con pantallas táctiles en las plazas traseras con la información más actual en noticias de última hora, deportes, música, etc. e incluso puedes seguir el recorrido a través de GPS.

El autobús es otro medio de transporte público que puede utilizarse para moverse por la ciudad aunque su uso no es tan sencillo como el del metro, ya que hay que conocer las líneas y paradas del mismo. Los autobuses recorren calles secundarias y no llegan al propio centro de la isla y a lugares como Wall Street y similares.

Al sur de Manhattan podemos encontrar una auténtica ganga del transporte público. El ferry a Staten Island. Este ferry funciona las 24 horas y es totalmente gratuito. El ferry conecta la isla de Manhattan con Staten Island y durante su trayecto de 30 minutos ofrece estupendas vistas de la Estatua de la Libertad, los rascacielos del Lower Manhattan o el Puente de Brooklyn al tiempo que nos ofrece una oportunidad única de mezclarnos con los trabajadores locales que cruzan a diario el río Hudson para acudir a su trabajo.

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